CECIL, Elizabeth Eliot

Sinopsis: Lady Anne recuerda en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, cómo conoció en 1875 a Cecil, el medio hermano de su marido. Entonces era un niño de nueve años que se coló secretamente en las habitaciones de su madre, lady Guthrie, a la hora del té: «Aunque estaba claro que no era nada estricta con él, tampoco parecía la clásica madre consentidora de un hijo único delicado. Más bien se diría que lo trataba como a un igual». Lo que sigue a partir de ahí es una historia que se prolonga más de treinta años. En ella abundan los misterios, los viajes, las casas (en Escocia, en Surrey, en Londres, en Cannes, en París), las sospechas y los giros imprevisibles; y, siempre al fondo, una madre continuamente enferma, afectada y espiritista y un hijo errático, enamoradizo, sin oficio, que parece adorarla incluso a riesgo de su propia felicidad y la de los demás. La narradora, también madre, con su forma alegre de entender la educación y la independencia de sus hijos, sirve admirablemente de contrapunto a la maternidad siniestra que ejerce su suegra. Va contando esta relación que nunca conoce ni de demasiado lejos ni de demasiado cerca y que, en su definitiva rareza, solo puede vislumbrarse por indicios y conjeturas. Elizabeth Eliot introduce además en Cecil (1962) un potente discurso sobre hasta qué punto y de qué manera es posible conocer la verdad. En conjunto, es una novela inquietante, con muchos sentidos, que trata realmente de lo inexplicable.

Se conoce muy poco de la vida de Elizabeth Eliot. Hija de un conde inglés nació en 1913, se casó en 1932 y se divorció en 1940. En 1949 publicó su primera novela, Alice y como cosechó bastante éxito continuó escribiendo otras cuatro novelas: Henry (1950), Mrs Martell (1953), Starter´s order (1955) y Cecil (1962) su última novela. En 1950 volvió a casarse, en esta ocasión con un asesor literario hasta 1962 cuando se volvió a separar. A partir de ahí poco conocemos de su vida salvo que se fue a Estados Unidos y allí vivió hasta su muerte en 1991.

La historia es narrada por Anne, que está a punto de casarse con el hermano del protagonista. Nos relatará sus impresiones al conocer al pequeño Cecil de 9 años y a su madre lady Guthrie en 1870. Ya de primeras no le da muy buena impresión la relación existente entre madre e hijo, le parece una relación entre iguales más que una relación maternofilial. 

A partir de ahí la narradora nos irá contando lo que ella ve entre ellos a lo largo de los años. La relación de dependencia mutua, la dificultad de separarse mucho tiempo y las misteriosas enfermedades de la madre en momentos cruciales. Todo lo que nos narra no siempre son hechos, hay muchas conjeturas sobre lo que ella interpreta en esa relación y tendremos que ser nosotros lo que nos creamos o no lo que nos cuenta.

Pero en el libro no solo encontraremos esa relación tan peculiar entre madre e hijo sino que la autora aprovecha para hablar de la vida de las clases medias-altas, de los matrimonios de conveniencia, del auge del espiritismo e incluso de la drogadicción. Un libro entretenido que comienza lento pero que a falta de un tercio del final se pone muy interesante.

Como nota curiosa, en la introducción del libro se comenta que en la primera edición de la novela ponía que estaba basada en hechos reales, ¿Tendría su madre alguna similitud con lady Guthrie?

Además, un par de meses después de la publicación de Cecil, su madre ya viuda, se suicida en un hotel después de visitar a uno de sus hijos. La escritora no vuelve a escribir nunca más.

Traducción: Catalina Martínez Muñoz

Puntuación: 7/10. Una novela pausada que me entretuvo bastante pero en la que no llegué a empatizar con la narradora, sus puntos de vista no siempre eran los míos.

Precio: 19.50 € y 304 páginas. Alba editorial.

Felices Lecturas.