En esta esplendorosa y poliforme novela, que combina en la misma medida grandes dosis de humor y la ya conocida erudición del autor, Mathias Enard exhuma el pasado turbulento y los tesoros de su Francia natal recorriendo el último milenio de su historia, pero sin perder de vista los miedos contemporáneos y con la esperanza de un mañana en el que el ser humano esté en armonía con el planeta.
Desde que vi esta novela en verano en la sección de próximas publicaciones no me la quité de la cabeza hasta que salió a la venta en octubre y me la compré. Nunca había leído a Mathias Enard y no sabía nada de su forma de escribir ni de su erudición.
El libro empieza genial porque está escrito a modo de diario y cuenta la llegada de David Mazon a un pueblecito francés con todas las incomodidades y particularidades de la vida rural. Se me hizo súper ameno y entretenido porque a medida que te ibas haciendo al protagonista te contaba cotilleos de los personajes del pueblo y anécdotas de las tareas del campo.
Pero a partir de las 100 páginas se termina el diario de Mazon y comienzan una serie de historias sobre algunas personas del pueblo. Bueno, es un cambio bastante brusco pero me gustó la idea de conocer a sus habitantes, al final ese es uno de los cometido del protagonista. El problema viene después porque la lectura se vuelve farragosa y compleja, el autor va y viene hacia épocas remotas y la historia que quiere transmitir se me pierde con un lenguaje complicado y aburrido. Ahí es donde he visto la famosa erudición del autor, algo que puede maravillar a muchas personas pero que a mi se me hizo bastante cuesta arriba.
Por suerte hacia el final se retoma el modo diario y termino el libro con la sensación de que la historia me hubiera encantado si Enard la hubiera escrito de una forma más sencilla y coloquial. Me encantaron tanto el inicio como el final de la novela pero me hubiera gustado disfrutar de la misma manera de todo el desarrollo.
Traducción: Robert Juan-Cantavella.
Puntuación: 4/10. Aunque la historia en sí me ha gustado no es fácil leerla.
Precio: 22.90 € y 480 páginas. Random House Mondadori.
Felices Lecturas.
De Mathias Enard leí "Brújula" que fue Premio Goncourt en 2015. Me pareció fantástica, aunque como dices no es un autor fácil de leer y su erudición a veces apabulla, pero la sensación que me dejó fue la de haber leído una obra maestra. Para ser sincera, me da pereza meterme con otra novela suya, pero esta que reseñas hoy tiene cosas que me atraen mucho.
ResponderEliminarUn beso.
No termina de llamarme esta vez, así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes y feliz año!
Rosa Berros, por desgracia no creo que me vuelva a animar con él. Mira que he leído libros densos que me han gustado mucho pero este... pudo conmigo.
ResponderEliminarFeliz año guapa.
Pues qué pena, porque pintaba muy bien... me gusta esa mezcla de diario e historias sobre la gente de ahí, pero el cambio del lenguaje me tira para atrás.
ResponderEliminarBesotes