22 de diciembre de 2013

LEGADO EN LOS HUESOS, Dolores Redondo.

Sinopsis: El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jason Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

Leído de forma conjunta con otras 15 personas gracias a Nora Bosco de Momentos de silencio compartido.y a la editorial Destino por habernos cedido los ejemplares. Ha sido una experiencia muy chula, poder ir leyendo y comentando los avances con el resto de lectores ha sido muy interesante.

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La historia comienza con una persona que está exhumando los huesos de un niño en el valle del Baztán. Un primer capítulo estremecedor que cobrará sentido una vez avanzada la lectura.

El día del juicio de Jason Medina (violó y mató a su hijastra imitando al basajaun), éste se suicida en los baños del juzgado con un cúter que alguien había pegado en uno de los váteres. En el bolsillo llevaba un sobre dirigido a Amaia Salazar (la protagonista) en cuyo interior había un papel con una palabra: Tarttalo (cíclope mitológico).

Tarttalo.
Amaia está embarazada y vive junto a su marido James en Elizondo. Pronto se verá de nuevo atrapada dentro de una investigación policial que la atañe personalmente. Tendrá que repartir su tiempo entre su trabajo y la maternidad, cosa bastante complicada que la llevará a discutir en más de una ocasión con su pobre marido (que parece un santo).
La forma en que la autora ha dado forma a la novela intercalando la vida personal y familiar de Amaia y la investigación policial ha sido sensacional. Han llegado a un punto de unión para nada forzado que le da personalidad a la historia. No se queda en los arquetipos de mujer policía que todo lo hace bien, aquí veremos que las inseguridades y los miedos más humanos pueden convivir perfectamente con una exitosa carrera policial.

La profanación de una iglesia con la aparición de un hueso de niño en su interior, hará que Amaia deje su baja por maternidad y vuelva al trabajo. A ello hay que añadir que el funcionario de prisiones que acompañaba a Jason Medina el día del juicio ya tuvo bajo su custodia a otro hombre que acabó suicidándose. El preso en cuestión, mató a su mujer pero no reconoció haberle amputado un brazo. En la celda donde se suicidó dejó escrita en la pared una palabra: TARTTALO, con la misma grafía que la nota de Medina. ¿Casualidad?; para saber más tendréis que adentraros en esta misteriosa novela donde econtraréis un montón de secretos, tanto del pasado como del presente.

La novela tiene varias líneas temporales una es el presente (que enmarca la investigación policial ) y luego algunos capítulos que se desarrollan en determinadas fechas del pasado (en planos más personales de la vida familiar de Amaia). Todos ellos son muy cortos, algo que agiliza la ya de por sí frenética lectura.

Elizondo.
Una cosa que me ha gustando es el toque sobrenatural que le da la autora a la historia en determinados momentos. No sabes si las situaciones en las que se dan son fruto del azar o es que en verdad hay ese toque mágico en la historia. Un ejemplo de ello es el sexo del bebé.

A parte de mitología, también hay historia, en esta ocasión la autora nos presenta la figura del agote, que se les creía proscritos, leprosos o cátaros en la época medieval. Aunque vivían en sociedad (a las afueras de las ciudades) y se dedicaban a las pieles y carpintería, no estaban integrados, no podían ocupar los primeros bancos de la iglesia ni acercarse al altar, tenían una pila bautismal exclusiva para ellos y se casaban entre sí. La figura del agote era totalmente desconocida para mí, me ha dado mucha pena ver como se les trataba de una forma tan despectiva.


Resumiendo, para mí esta segunda novela de la Trilogía del Baztán, está mucho mas interesante que la primera. Imagino que el motivo será que se empiezan a ver los motivos de los traumas infantiles de Amaia Salazar y de su complicada relación con su madre.
El ritmo no decae y te mantiene enganchada a sus páginas dejándote en más de una ocasión con la boca abierta. Yo por mi parte os la recomendaría sin dudarlo, grandes dosis de misterio, acción y secretos familiares ¿alguien da más?.

La primera novela, El guardián invisible, está reseñada aquí.

Puntuación: 9/10. 100% recomendable para los amantes de la novela negra. Un buen regalo para estas navidades.

Precio: 18.50 € y 560 páginas.

Felices Lecturas.

8 comentarios:

Lady Aliena dijo...

Ya lo tengo entre los pendientes. Ahora, a hacerle hueco.
Besos.

Isabel Macías dijo...

La verdad es que es un libro estupendo y nos cuenta una historia maravillosa.

Un saludo.

Rober dijo...

Te leo hoy un poco por encima, que este es de los próximos que llegarán a mi estantería. Ya me enganché mucho en su primera parte :)

Besines!

Margari dijo...

Parece que este segundo libro está gustando más. A ver cuándo empiezo yo con esta trilogía...
Besotes!!!

Azalea Real dijo...

Ya te contaré si coincidimos porque tengo esta novela pendiente de leer, ya esperándome en la estantería.

Besos.

Lola PD dijo...

Y yo todavía con la primera parte sin leer. Esto no puede ser.
Besitos.

Tabuyo Alonso dijo...

InesM, se te acumula el trabajo, jejeje.

Un beso.

Tabuyo Alonso dijo...

Rober, esta segunda parte te va a enganchar el doble ya lo verás. Desearás leer ya el tercero.

Besos.